Viajar es bueno. No sólo porque nos hace escapar de la rutina y nos traslada a otras realidades, sino también porque enriquece la forma de ver las cosas si se usa un ojo crítico. Este es el caso sin duda de la venta de vino. El marketing no es más que la adecuación de un producto (entendido en sentido amplio) al mundo de vivencias de las personas. Vivimos en el tiempo, y el tiempo se ha descompuesto por el hombre en fechas que organizan nuestra vida. Hay fechas que simbolizan temas especiales: Navidad, Semana Santa, el Día del Padre, el Día de la Madre, San Valentín.
Una visita a una tienda de vinos de Inglaterra estos días nos abre los ojos sobre el merchandising usado en torno a la venta de vino (no sólo) con motivo de San Valentín. Escaparates repletos de promociones, motivos rojos de decoración, incitación a la compra como vehículo que acerca a la experiencia al momento deseado que simboliza una fecha.
En un sector a la baja en consumo masivo como es el del vino, donde hay una clara necesidad de encontrar un mayor gasto por botella en los consumidores y su consumo habitual, así como también encontrar un reemplazo para el consumo más generalizado que ha copado mayoritariamente la cerveza, es lógico pensar que se debería hacer un esfuerzo colectivo por exprimir al máximo cada oportunidad de consumo especial, cada ocasión por vincular vino con un momento, una experiencia vital de importancia. El descorche del año es el mejor ejemplo: dos ritos de paso, comer las uvas y descorchar el año con un vino espumoso... pero hay muchas otras oportunidades que se deberían explotar, y hacerlo de forma común.
Os aconsejamos echar un vistazo a la cartlera de actividades en Napa para el mes de febrero (la cocina de Cupido, cenas de San Valentín, arte vino y San Valentín) Es bueno ver algunas ideas en España, también vinculada con enoturismo para el día de los enamorados, pero queda mucho por hacer, otro ejemplo en un supermercado británico ahora.
San Valentín ofrece sin duda un momento muy bueno para potenciar las ventas de vino. El rojo del vino tinto es rojo de San Valentín, y el brindis simboliza amistad, amor, presente y futuro. Muchas deberían ser las promociones que vincularan San Valentín con el vino... Y la comunicación al respecto debería ser potente, evidente y con estilo. Una copa de vino es sin duda buena para el corazón, el corazón es amor, y también, porque no decirlo, el vino invita a la conversación calmada, al juego de palabras, a soltar la lengua de una forma inteligente, con moderación, insinuante. Adapatar el lenguaje del vino al lenguaje del momento es fundamental para copar el espacio que ofrece este día, y ver así como momentos especiales se vinculan a un sector muy necesitado de ellos. Como siempre decimos desde aquí, hace falta imaginación y trabajo conjunto, que las acciones individuales se conviertan en la fuerza de la fragmentación.
1 comentario:
Este san valentin me voy con mi pareja a disfrutar del mundo del vino de visita por las bodegas de matarromera, así disfrutamos del mundo del vino este día tan especial.. demás la oferta está superbien... alojamiento en el Hotel Emina, Visita guiada a dos bodegas,almuerzo y visitas culturales
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