miércoles, 27 de marzo de 2013

El vino bueno contra la sordera. La cerveza contra las agujetas



Ahora vemos que el Resveratrol ayuda a combatir la caída del cabello.. A no, perdón, que se trata de prevenir la pérdida de oído.

Son muchos los estudios que se han realizado sobre el beneficio que aporta el vino consumido con moderación en la salud de los individuos. Desde que se publicara la fasmosa Paradoja Francesa, los estudios se han repetido uno tras otro.  

El problema que suele ocurrir con los estudios de este tipo es que es difícil determinar si más allá de los propios elementos de una investigación como tal, las conclusiones se encuentran determinadas por factores como los intereses propios de grupos de presión. La industria de la cerveza es sin duda un grupo importante. En España es fácil encontrar un número creciente de Comunicados de Prensa que hablan sobre los efectos beneficios de la Cerveza, algo impensable hace años. La tripa cervecera ha sido un estigma sin duda para la cerveza, y los cerveceros lo  saben, con lo que podemos ver información de distinto tipo sobre lo adecuada que es la cerveza para la lactancia, etc. ¿Realidad, realidad a medias, realidad muy exagerada y con intereses?

Traigo esto a colación debido a un estudio que se ha publicado y del que me ha llegado Nota de Prensa. La Noticia anuncia que el vino ayuda a prevenir la pérdida de oído . Reconozco que me ha llamado la atención Es una lástima que en España el mayor problema del consumo de vino se dé entre los más jóvenes, que por lo general oyen mejor. 

Al leer un poco más la información queda sin embargo a las claras que los precursores del estudio son un Laboratorio que tiene una línea de productos basados en el resveratrol. Me gustaría creer que es cierto que el resveratrol es bueno contra la pérdida de facultad auditiva. Seguramente lo sea, pero no se sabe en qué dosis, ni si el resveratrol que se consume en una copa de vino, o en siete, sea relevante para este efecto.

Desde aquí no seremos quienes ataquemos el hecho de que se hable positivamente de uno de los componentes del vino. El problema es que cuando se busca hacer ruido en ocasiones el efecto puede resultar contraproducente, más que nada por el hecho de que los resultados parecen sacados de una adaptación contemporánea de los gritos de mercado de vendedores de pócimas universales.

La paradoja francesa hablaba en su día de todo un modo de vida, en el que el vino tenía una parte importante. En ese caso no creo que hubiera un grupo de interés detrás del estudio, pero es cierto que sus resultados y la difusión que tuvieron en Estados Unidos ayudaron mucho a que el consumo de vino aumentara. Una vida más sosegada, en contacto con la naturaleza como la que puede representar el mundo agrario francés, o como la que se desprende de practicar turismo rural o enoturismo, es seguro que ayuda de alguna forma a sentirse mejor: pasarlo bien, en compañía de amigos, andar, comer bien, con productos locales, y beber vino moderadamente suenan en su conjunto a sentirse bien.



Lo anterior nos parecerá a todos como una realidad a la que hace falta pocos estudios para confirmar su contribución positiva. En ocasiones estas prácticas propias de la vida cotidiana resultan más creibles (por cercanas) que los efectos de las grandes guerras de intereses comerciales.

Es probable que en unas semanas o meses veamos que es la Cerveza es buena contra las agujetas… Ah no, si eso ya se ha publicado.  
Podemos decir lo mismo del tema con el que abriamos de la prevención a la caída del cabello... aquí lo tenéis también publicado.


jueves, 21 de marzo de 2013

El poder de una Marca de vino



En un mercado tan saturado de referencias como el del vino hay veces en que pueden surgir dudas sobre el valor efectivo de una marca. Estas dudas es normal que ocurran en momentos en que el consumo decrece y la lucha de precios hace lo contrario. ¿Qué nivel de precio aguanta mi marca? Se pregunta el responsable de marketing. El trade-off marca precio ha dado lugar a mucha literatura de marketing, así como a complicados análisis como el Conjoint analysis para poder establecer exactamente ese equilibrio marca / precio.

Una marca está compuesta de muchos elementos, y el nombre es uno de ellos. El nombre es en realidad más que un elemento, pues está por un lado su sonoridad, por otro lado lo que su escritura aporta y, en última instancia, lo que evoca.

Nos ha llegado una muy interesante lista de 20 marcas jóvenes en EEUU  y su desempeño en el mercado. Es interesante leer con atención los nombres de cada una de estas marcas, ver en qué puntos de precio se sitúan, y analizar un poco el porqué de la elección de estos nombres. Es evidente que el desempeño comercial es una realidad muy compleja donde multitud de factores confluyen. No tenemos datos suficientes para entrar en ese análisis de desglosar qué factores impactan en el volumen de ventas y cómo el nombre contribuye a los mismos.


Lo que sí podemos hacer es algo mucho más sencillo: si entendemos que estas marcas son todos líderes en su categoría en ventas (olvidando el esfuerzo que puede haber detrás) es interesante ver posibles coincidencias entre los nombres buscados y usados. Seguro que las coincidencias no son fruto de la casualidad.

No vemos (salvo en una excepción) nombres que resulten nombres como tal: es decir, nombres de familias o de propiedades o pagos, castillos o viñedos. 


Varios de estos nombres buscan, de por sí, establecer el diálogo con el consumidor. Son el caso de “Be” que pide al cliente que sea algo, o “Flirt”, que evoca al coqueteo, o el expresivo “Ohh La La”. Otros nombres llaman la atención por su simplicidad con una propuesta-idea que resulta impactante y busca en esto resulta ser memorable. Son los casos de Acronym, Aura, Insomnia, Macaron o Acronnym. Otros hacen uso de elementos deseables o incluso poéticos para llegar a atrapar la atención y fijación en la memoria: “Skinngirl”, “Bella Bolle”, “Butterfly Kiss” o “Stark Raving” o el famoso Barefoot

Si miramos los precios comprobamos que se dirigen a un rango de precios intermedio, donde los nombres usados no luchan por prestigio ni por copar un espacio aspiracional del consumidor. Nos podemos imaginar a un consumidor joven, acostumbrado a un mundo de marcas en todo lo que consume,  que presta más atención a la imagen y al estilo de vida que muestra un vino, más que a elementos de origen o incluso organolépticos. Podríamos ir más lejos (un poco atrevido sin haber probado estos vinos) e imaginarlos, seguramente fáciles de beber… Paramos aquí la osadía.

Algunas reflexiones más: ningún vino francés, 3 italianos, UN ESPAÑOL, y del Bierzo, y el resto de California salvo por una aparición de Washington.

No observamos ningún nombre descriptivo (lo reseñamos por nuestro especial gusto por nombres de este tipo como el propio Datavin o el nombre para nuestro portal de enoturismo (turismodevino.com) o nuestro portal de regalos de vino (www.regalosdevino.com) Claramente, en el caso de portales el mundo es muy diferente....

Y algo siempre reseñable en el mercado americano: sólo un vino que habla de animales, Curious Beasts.. aunque que no nos engañe el nombre, tampoco son etiquetas de animales, sino que son los mismos vinos los que parecen ser “bestias curiosas”... a la imagen nos remitimos