martes, 26 de junio de 2012

Hacer el amor en una bodega


Hacer el amor y no la guerra fue, hace años, un reclamo para una forma de pensar y de ver la vida que pretendía enfrentarse al status quo.

Mucho ha llovido y nos encontramos ahora mismo en una tormenta económica que casi nadie entiende y comprende… ¿Cómo hemos llegado hasta aquí? En medio de la plaga de noticias malas, noticias que se repiten y que generan como una opresión al ánimo y ponen el listón de la penitencia tan alto que parece no haber salvación… en este entorno debemos alegrarnos de ver noticias alegres, ideas, u ocurrencias, que nos traigan un poco de buen amor a la mesa.

¿Harías el amor en una bodega?

La pregunta se las trae. El sector del vino es conservador, al menos cierto sector del vino, y en especial en España. En Estados Unidos hemos visto etiquetas para todos los gustos, o malos gustos, y parece que no se rigen tanto, al menos en vinos de gran consumo, por los criterios de la imagen de la calidad que encontramos en botellas de 2 Euros igual que en las de 50… Pues bien, en un sector un tanto tradicional, este tipo de preguntas hacen pensar.

Se trata del título a una simpática propuesta que quiere dar una vuelta de tuerca a la temática del Enoturismo y las visitas a bodegas . Es también, por qué no, una forma de atraer el mundo del vino al mundo aspiracional o de los deseos de los jóvenes, que parecen distanciarse un tanto del mundo del vino, y que ven al consumidor adulto más como alguien un poco casposo, que como un modelo a seguir… preocupante.
Cada cual tendrá su respuesta, algunos de forma simpática, otros igual lo piensan de forma reflexiva… ¿Lo haría de verdad, qué tendría que ocurrir para que lo hiciera? Si queréis participar podéis hacerlo desde este enlace al concurso.

Todo lo que haga hablar, pensar y atraer el vino al mundo gigante y enorme del deseo nos parece adecuado. Esperamos que esta iniciativa funcione y que haya muchas opiniones, atrevidas, o no, que dejen sentir su parecer sobre tan interesante tema

domingo, 3 de junio de 2012

Rioja, Enoturismo y el redescubrimiento


Son muchas las personas con las que hablo últimamente que me dicen, casi extrañados, “estoy redescubriendo Rioja”… y no deja de llamara la atención, pues Rioja es tierra líder, casi indiscutible en ventas nacionales y exportación… Rioja es al vino español como el Mallot amarillo del Tour de Francia.
Ser líder tiene sus problemas, a pesar de que a todo el mundo le apetece ser líder… aguantar no es fácil, da igual la inercia que se tenga. Lo cierto es que Rioja tuvo la suerte de que la filoxera arrasara Burdeos y que los franceses bajaran a por uva al Sur. Allí se encontraron Rioja y sin duda, dejaron su impronta en la elaboración. El uso de envejecimientos prolongados ha marcado el carácter de los vinos de Rioja. Pero un método de la elaboración es replicable –salvo excepciones raras- y la réplica de los métodos de elaboración hizo que cientos de productores de otras regiones copiaran la elaboración y replicaran el estilo de vinos un tanto oxidados y con clara sabor a fruto rojo y vainilla
terror de rioja

Las modas cambian, incluso en un mundo tan estable y conservador como el del vino, y la búsqueda de más sabor frutal, menos roble y oxidación, vinos de mayor expresión hizo que Rioja pasara a un segundo plano, no en ventas, pero sí tal vez en valoración subjetiva de calidad…. Y muchos comentarios se han repetido, y seguro que todos los hemos oído, e incluso dicho, del estilo “ponme algo que no sea Rioja” … un cierto elemento de “riojitis” . Buena culpa a parte de la moda de vinos más intensos en fruta, puede deberse al “sota, caballo y rey” de muchas cartas de restaurantes que, de aburridas, llegaron a enfadar a mucha gente,  harta de beber 3 vinos que siempre saben igual, pues son mezcla de uva de muchas parcelas, y no sorprenden, porque no buscan sorprender, ni ser distintos, sino ser predecibles y valor seguro.

Esa realidad del líder que vende y que se aprovecha de que la media de bebedores ve crecer su poder adquisitivo y lo tiene como referencia de valor seguro, tiene, podemos resumir, un precio. Ese precio se hace más evidente si el panorama de regiones y productores que buscan y encuentran elementos diferenciales en el Terroir o tipicidad de una combinación de terreno, variedad y elaboración. El ataque al líder se produce de multitud de retadores desde lo que es más atacable: la singularidad o el valor de lo diferente. ¿Harto de probar lo predecible?... Venga aquí, haga un tour hasta mi viñedo y encuentre un vino diferente y expresivo y… 

Quien haya visitado Rioja se sorprende sin embargo de las diferencias enormes que existen entre el suelo y el clima en sus sub-regiones, e incluso dentro de éstas. ¿Por qué no vender entonces Terroir y singularidad y diferencia? Es simple: el líder aporta un valor de lo predecible, y este valor lo ha aportado un método de elaboración que viene de largo. Todo ello ha funcionado bien,¿ por qué hablar de otra cosa? Sobre todo si pensamos que la mayoría de las marcas productoras no puede presumir de terroir, pues compran uva, y en ocasiones de agricultores que si bien dan calidad, no dan el mismo tipo  de uva. Es por ello muy lógico de entender los comentarios de riojitis de mucha gente, pues la misma potencia y fuerza del líder se basa en un modelo de producción histórico: los franceses compraban uva y vino para criarlo en Burdeos… El bodeguero compra uva de diferentes parcelas para criar posteriormente:  el método tiene más peso que el terroir, y el método, es así, da estandarización, difícilmente tipicidad. 

… Y sin embargo mucha gente en tiempos recientes comenta: “ estoy redescubriendo Rioja”. Tal vez sea casualidad, pero son todo gente que ha visitado Rioja, que ha hecho enoturismo allí, por su cuenta, o como parte de un grupo o de un tour de vino. El espectáculo vinícola que ofrece Rioja no es fácilmente replicable: la Tierra es hermosa, y lo es gracias al viñedo, y a los pueblos que salpican la llanura entre pequeños valles que suben y bajan, en un marco que en el Sur delimita la Sierra de la Demanda y en el Norte la Sierra de Cantabria. Lo cierto que es la tierra evoca tipicidad, y también es cierto que son cada vez más los productores que hablan de ello, conscientes como son de que en sus parcelas hay tipicidad, tal vez no en las de quien elabora desde cientos de parcelas, pero sí en su caso…. Y conscientes también de que el método es replicable, y que a pesar de la incercia y la potencia es necesario defenderse, o atacar., en especial si la partida se juega en el ámbito internacional, donde todos los grandes hablan de sus diferencias, y donde Rioja es uno más, destacado, pero uno más, y no es un gran líder como puede ser Burdeos.

¿Qué conclusiones se pueden sacar de estas reflexiones? Que la competencia es muy sana, pues hace evolucionar a todo el mundo. También que de la competencia se sale más fuerte, y que hace que uno se mira más al ombligo, y también busque como mostrar más sus fortalezas… y una tercera, muy importante,  y es que el enoturismo sin duda acerca a la marca, le aporta de los valores más diferenciales de ésta: los que le da la tierra y sus gentes, dos cosas que sólo se pueden ver y comprobar durante un Tour de vino, que se ven de verdad mientras se visitan bodegas , eneste caso de Rioja.