Hacer el amor y no la guerra fue, hace años, un reclamo para
una forma de pensar y de ver la vida que pretendía enfrentarse al status quo.
Mucho ha llovido y nos encontramos ahora mismo en una
tormenta económica que casi nadie entiende y comprende… ¿Cómo hemos llegado hasta
aquí? En medio de la plaga de noticias malas, noticias que se repiten y que
generan como una opresión al ánimo y ponen el listón de la penitencia tan alto
que parece no haber salvación… en este entorno debemos alegrarnos de ver
noticias alegres, ideas, u ocurrencias, que nos traigan un poco de buen amor a
la mesa.
¿Harías el amor en una bodega?
La pregunta se las trae. El sector del vino es conservador,
al menos cierto sector del vino, y en especial en España. En Estados Unidos
hemos visto etiquetas para todos los gustos, o malos gustos, y parece que no se
rigen tanto, al menos en vinos de gran consumo, por los criterios de la imagen
de la calidad que encontramos en botellas de 2 Euros igual que en las de 50…
Pues bien, en un sector un tanto tradicional, este tipo de preguntas hacen
pensar.
Se trata del título a una simpática propuesta que quiere dar
una vuelta de tuerca a la temática del Enoturismo y las visitas a bodegas . Es
también, por qué no, una forma de atraer el mundo del vino al mundo
aspiracional o de los deseos de los jóvenes, que parecen distanciarse un tanto
del mundo del vino, y que ven al consumidor adulto más como alguien un poco
casposo, que como un modelo a seguir… preocupante.
Cada cual tendrá su respuesta, algunos de forma simpática,
otros igual lo piensan de forma reflexiva… ¿Lo haría de verdad, qué tendría que
ocurrir para que lo hiciera? Si queréis participar podéis hacerlo desde este enlace al concurso.
Todo lo que haga hablar, pensar y atraer el vino
al mundo gigante y enorme del deseo nos parece adecuado. Esperamos que esta
iniciativa funcione y que haya muchas opiniones, atrevidas, o no, que dejen
sentir su parecer sobre tan interesante tema
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